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La revolución de los blogs y la revolución de la radio: historias paralelas

Leo en Boulé: "Daba la sensación de que estaba expandiéndose una nueva forma de comunicación, más flexible, dinámica y sencilla que todas las que existían en su día, y que quizás esto trajera algunos cambios en diferentes ámbitos: para empezar cambiarían las relaciones personales, pero también otras esferas de la sociedad como el periodismo, la educación, las empresas, la economía (...) Quién sabe, puede que la "blogosfera" sea una bomba de relojería, siempre a punto de estallar, pero con la pólvora mojada. Todas las expectativas de las que hablaba un poco antes se han visto rebajadas, creo, con el paso del tiempo. Leerlo entero.

La endogamia de la blogosfera y la falta de incorporación masiva de gente a la red no son fenómenos nuevos. Esto ya sucedió a principios del siglo XX con otra revolución comunicacional: la radiofónica.

Cuando surgió la radio, se proyectaron sobre ella las mismas utopías personales y sociales que se centran ahora sobre internet. En sus inicios, y durante mucho tiempo, los aficionados a la radio fueron endogámicos, más preocupados por las características técnicas del medio que por sus contenidos. Desde los receptores de galena hasta los radioaficionados transcontinentales, los radiofonistas pioneros fueron la primera generación de geeks (avant la lettre) de la historia. La radio no se convirtió en lo que hoy es --el medio más popular y masivo-- hasta que el medio y su tecnología no entraron en contacto con la sociedad y el mercado, su lógica y sus necesidades.

Muchos de los desarrollos actuales de la red y las nuevas aplicaciones del entretenimiento digital recuerdan muchísimo a los primeros pasos de la radio como medio masivo. Claro que ahora todo va más deprisa: ha transcurrido menos tiempo entre la implantación de internet y el iPod que entre la aparición de los primeros receptores superheterodinos y el transistor. Pero seguimos maravillándonos ante las descargas de música o vídeo, o el videostreaming, o las posibilidades de espectáculo y entretenimiento por internet como nuestros ancestros lo hicieron ante las primeras retransmisíones musicales o deportivas, o los programas de discos solicitados.

Hay aspectos de repetición de la historia que son inquietantes: cuando vemos la cerril actitud de las empresas discográficas y las gestoras de la propiedad intelectual ante la actual revolución olvidamos que eso ya se vivió casi un siglo antes. Cuando Radio Barcelona se propuso retransmitir en directo los conciertos del Palau de la Música, el Liceo y la Sala Mozart, los empresarios musicales prohibieron la entrada de micrófonos en esos auditorios porque creían que ello iba a acabar con el negocio de la música.

Las revoluciones comunicacionales no tienen freno ni marcha atrás. A condición de que conecten con la realidad de la sociedad, los públicos y el mercado.

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